sábado, 10 de septiembre de 2016

Bienvenidos a Chile; País Racista

Preguntarle a los chilenos sobre su idiosincrasia, es invitarlos a caer inmediatamente en lugares comunes.

Que somos solidarios, respetuosos, tolerantes, que esto, que esto otro. Sin embargo, cuando nuestra imagen no calza con esa impresión, es porque algo anda mal.

No son sólo peruanos, bolivianos y ecuatorianos, los que al pisar tierra chilena han percibido alguna mirada despectiva de cierto compatriota arribista o el celo de uno desempleado. Las autoridades también han percibido y manifestado, en especial el último tiempo, preocupación por el aumento de una ola de intolerancia, que ha sido ratificada por varios estudios relacionados con el tema.

Aunque se intente ocultar, Chile es un país racista, con una impronta racista histórica. De hecho, la mayoría de los textos de historia dan cuenta que, en los triunfos militares contra Perú y Bolivia a Chile le habría ido bien por su homogeneidad racial.

Ése es un rostro que no se ha podido esconder y que es percibido en parte por los organismos internacionales como Naciones Unidas. Es conocido el rechazo que actualmente sufren peruanos y bolivianos en Chile, ya que a pesar de poseer una cultura prominentemente mestiza, creemos que nosotros somos homogéneos racialmente y los otros son indios, y éstos son inferiores.

Es en esta percepción negativa donde la globalización cumpliría un papel fundamental, ya que a pesar de tener ventajas como la rapidez de las comunicaciones y un mayor desplazamiento de personas por el mundo, generará inevitablemente un aumento del racismo.

Globalización de la Intolerancia
La sensación de cercanía, rapidez, y accesibilidad de los viajes facilita las migraciones. Mexicanos viajan con frecuencia a Estados Unidos, marroquíes a Francia e Inglaterra, y peruanos hacia Chile. Los lugares donde se concentra el dinero son destinos donde interesa ir, ya que además estos países necesitan de estos trabajadores.

Por ende, comienza a generarse en estas naciones, supuestamente más estables social y económicamente, una suerte de despojo de lo propio, de que gente extraña está visitando la casa sin su permiso y sacando provecho de ella. Es esa sensación la que, se reproduce injustamente entre los chilenos. Por un lado los empresarios se benefician de esa mano de obra barata, y por otro se les critica por quitar el trabajo a los chilenos.

Este país tiene extrañas formas de xenofobia. Por ejemplo, si hacemos un simple experimento y nos metemos a chatear con chilenos, con nuestros propios compatriotas, y nos hacemos pasar por argentinos, la cantidad de insultos que recibiremos serán increíbles. Podemos hacer una larga lista de lo pesado que son los argentinos, pero los chilenos somos insoportables.

Este collage racial al cual tiende el mundo requerirá, por ende, métodos para proteger la igualdad en dignidad y derechos de todos los seres humanos. Y a pesar de lo mencionado anteriormente, la globalización genera una ventaja en este sentido. Esta trae por añadidura la generalización de estándares humanitarios, es decir, principios que deben ser respetados por todas las naciones, los que son resguardados por organismos internacionales, como la UNICEF y Naciones Unidas, entre otros.

Así, de alguna manera, se debe ceder soberanía y aceptar esta supervigilancia extranjera, que en muchos casos se evalúa al momento de negociar algún tratado internacional.

El Enemigo Interno…
No sólo es preocupante al ver “cómo quieren en Chile al amigo cuando es forastero”, sino que también como quieren a ese “amigo” cuando ha nacido y ha sido criado en el mismo territorio.

Casos emblemáticos como el de Chiapas, en México, el de Ecuador o el de Guatemala, no son lo únicos. Chile es uno de los países donde el conflicto entre el Gobierno y estos pueblos originarios es un caldo de cultivo, debido a los problemas de tierras usurpadas (la represa Ralco es un ejemplo) y al no reconocimiento de su soberanía como pueblo.

Por tales motivos, hay que reconocer que los Gobiernos, desde la transición a la democracia, no han dado una salida satisfactoria a mapuches y pehuenches, ya el fenómeno indigenista está en franco crecimiento. Se ha comenzado a formar una elite indigenista, que puede dar una orientación intelectual mayor a sus demandas, lo que puede aumentar el movimiento.

Fuente : VCC

No hay comentarios: